En las últimas dos décadas, India ha pasado de ser un símbolo de pobreza y sobrepoblación a convertirse en una referencia mundial en tecnología, ciencia y liderazgo empresarial. Este salto no fue producto del azar ni de una bonanza de recursos naturales, sino del diseño y ejecución de una estrategia nacional centrada en el talento humano. En contraste, América Latina —y en particular países como Ecuador— aún se debaten entre modelos extractivistas y esfuerzos desarticulados por integrarse a la economía del conocimiento.
Este artículo analiza cómo India logró esa transformación, qué factores fueron determinantes y qué enseñanzas pueden extraerse para países con aspiraciones de desarrollo sostenido.
India apostó desde la década de 1950 por crear un sistema de educación técnica de élite, con los Indian Institutes of Technology (IITs) como su punta de lanza. Estos institutos, apoyados por colaboración internacional con países como Estados Unidos y Alemania, formaron generaciones de ingenieros y científicos con una preparación comparable a las mejores universidades del mundo (Mitra, 2019). Hoy, sus egresados lideran empresas como Google (Sundar Pichai), Microsoft (Satya Nadella) y Adobe (Shantanu Narayen).
Actualmente, India gradúa a más de 1,5 millones de ingenieros al año, convirtiéndose en la mayor cantera de talento STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) del planeta (All India Council for Technical Education, 2023). A pesar de que el país invierte solo un 4,5% del PIB en educación (UNESCO, 2022), su enfoque en calidad y en vinculación con el mercado laboral ha generado resultados que superan ampliamente los de países con mayores presupuestos per cápita.
Mientras tanto, Ecuador apenas supera el 2,3% de graduados en carreras STEM, y la deserción universitaria en estas áreas técnicas es superior al 50% (Senescyt, 2023). Esto muestra no solo una brecha de recursos, sino también de visión estratégica.
Uno de los activos menos discutidos pero más determinantes del ascenso indio es su población angloparlante, la segunda más grande del mundo después de Estados Unidos, con más de 265 millones de hablantes funcionales (Ethnologue, 2023). Esto le ha permitido integrarse sin fricciones al ecosistema global de servicios digitales, desde call centers en los 90 hasta desarrollo de software y consultoría tecnológica hoy.
Además, la diáspora india, conformada por más de 18 millones de personas (World Bank, 2023), ha sido clave en la creación de redes de inversión, conocimiento y prestigio. Lejos de ser un "fuga de cerebros", India convirtió su migración calificada en una palanca de desarrollo interno. Los flujos de remesas superaron los 111 mil millones de dólares en 2022, el más alto del mundo (World Bank, 2023), y muchos de esos migrantes retornaron como inversores o líderes de iniciativas tecnológicas.
En contraste, América Latina aún ve la migración como una pérdida y no como un recurso estratégico. En Ecuador, los migrantes profesionales raramente encuentran programas que los vinculen con el desarrollo nacional una vez que se insertan en el exterior.
India no solo produce talento, sino que ha creado un ecosistema digital robusto. Con más de 880 millones de usuarios de internet y un mercado fintech que superará los $150 mil millones para 2025 (Statista, 2024), el país ha democratizado el acceso a servicios digitales. Iniciativas como India Stack permiten a cualquier ciudadano abrir una cuenta bancaria desde un celular o validar su identidad digital con el sistema Aadhaar, que ya cuenta con más de 1.300 millones de usuarios registrados (UIDAI, 2023).
Este tipo de infraestructura digital pública ha sido fundamental para crear inclusión financiera y facilitar el emprendimiento tecnológico, incluso en zonas rurales. Mientras tanto, en países como Ecuador, más del 30% de la población adulta aún no tiene acceso a servicios financieros formales (Banco Mundial, 2022) y los trámites para emprender siguen siendo costosos y burocráticos.
En un mundo donde la inteligencia artificial, la robótica y el análisis de datos reconfiguran la economía, el capital humano es más valioso que el petróleo. India comprendió esto y lo convirtió en política de Estado. Hoy forma parte del G20, lidera en servicios tecnológicos y su sector digital aporta más del 7% al PIB nacional, generando más de 4 millones de empleos directos (NASSCOM, 2023).
Este modelo no solo genera ingresos, sino influencia. La diplomacia india hoy se apalanca en su red global de talento, logrando acuerdos estratégicos con Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. El talento nacional se volvió una herramienta de poder blando.
América Latina aún no ha entendido que en la economía global del siglo XXI, el talento no es un subproducto del desarrollo, sino su motor principal.
India demuestra que el talento puede ser cultivado como un activo nacional estratégico. No tuvo que esperar a resolver todos sus problemas estructurales para insertarse en la economía global: construyó una autopista de conocimiento en medio del caos. Apostó por lo intangible —educación, bilingüismo, ciencia— y eso la llevó a ocupar posiciones que antes eran impensables.
Para Ecuador y América Latina, la lección es clara: el desarrollo sostenible no vendrá de las materias primas, ni de subsidios, ni de protecciones. Vendrá del aula, del laboratorio, del centro de innovación y del migrante que retorna con ideas. Es hora de dejar de ver el talento como una consecuencia del crecimiento y empezar a verlo como su causa. Porque en un mundo hiperconectado, el futuro no se exporta, se forma.
All India Council for Technical Education. (2023). Annual Report 2022-2023.
Banco Mundial. (2022). Global Findex Database: Financial Inclusion in Latin America.
British Council. (2021). English Proficiency in Latin America.
Ethnologue. (2023). Languages of the World, 26th edition.
Mitra, S. (2019). The IITs and India’s Knowledge Economy. Economic & Political Weekly.
NASSCOM. (2023). Strategic Review: Tech Industry in India.
Senescyt. (2023). Estadísticas de Educación Superior Ecuador.
Statista. (2024). India FinTech Market Forecast 2025.
UIDAI. (2023). Aadhaar Dashboard Statistics.
UNESCO. (2022). Global Education Monitoring Report.
World Bank. (2023). Migration and Development Brief 38: Remittance Trends.